Toda empresa lleva a cabo actividades planeadas y debe establecer las vías de comunicación necesarias para apoyarlas. Pero estos canales oficiales son de actividad limitada para la creatividad corporativa. Si la comunicación ocurre sólo por medio de estos canales, los empleados que normalmente no se comunican entre sí, nunca lo harán.
Con el fin de aumentar la creatividad corporativa, las empresas tratan de asegurar una comunicación efectiva entre empleados que dependen entre sí para hacer su trabajo. Sin embargo, la mayoría de las organizaciones pasan por alto la importancia de la comunicación no anticipada existente entre empleados que normalmente no trabajan juntos. Y estos intercambios de información a menudo, también llevan a actos creativos inesperados.
Además, son precisamente estos intercambios no anticipados de información entre empleados, que normalmente no se comunican entre sí, los que a menudo hacen posible que los proyectos que no han sido planeados se “autoorganicen” y avancen; lo cual incrementa la creatividad corporativa.
El potencial creativo de una organización se amplía rápidamente con su tamaño. Cuanto más grande sea la empresa, es más probable que los componentes de los actos creativos ya estén presentes de algún modo en ella, pero es menos probable que puedan integrarse sin cierta ayuda.
De manera pues, hay tres maneras en que una empresa puede promover la comunicación interna para favorecer la creatividad:
1. Proporcionar oportunidades para que se conozcan los empleados que normalmente no interactúan.
2. Asegurarse de que todos los empleados tengan suficiente comprensión de las actividades de la organización para poder aprovechar sus recursos y pericia.
3. Crear una nueva prioridad organizacional: todos los empleados deben saber la importancia de ser sensibles a las peticiones de información o ayuda de otros empleados. No importa en qué nivel o parte de la organización estén, porque esa respuesta bien puede ser la clave para un acto creativo.
Con frecuencia, la creatividad es un proceso enredado, aún cuando sea anticipada de manera incierta por alguna empresa. Sin embargo, la comunicación de la empresa puede propiciar que un enredo inmanejable se “autoorganice” y salga adelante en beneficio de todos.
Con el fin de aumentar la creatividad corporativa, las empresas tratan de asegurar una comunicación efectiva entre empleados que dependen entre sí para hacer su trabajo. Sin embargo, la mayoría de las organizaciones pasan por alto la importancia de la comunicación no anticipada existente entre empleados que normalmente no trabajan juntos. Y estos intercambios de información a menudo, también llevan a actos creativos inesperados.
Además, son precisamente estos intercambios no anticipados de información entre empleados, que normalmente no se comunican entre sí, los que a menudo hacen posible que los proyectos que no han sido planeados se “autoorganicen” y avancen; lo cual incrementa la creatividad corporativa.
El potencial creativo de una organización se amplía rápidamente con su tamaño. Cuanto más grande sea la empresa, es más probable que los componentes de los actos creativos ya estén presentes de algún modo en ella, pero es menos probable que puedan integrarse sin cierta ayuda.
De manera pues, hay tres maneras en que una empresa puede promover la comunicación interna para favorecer la creatividad:
1. Proporcionar oportunidades para que se conozcan los empleados que normalmente no interactúan.
2. Asegurarse de que todos los empleados tengan suficiente comprensión de las actividades de la organización para poder aprovechar sus recursos y pericia.
3. Crear una nueva prioridad organizacional: todos los empleados deben saber la importancia de ser sensibles a las peticiones de información o ayuda de otros empleados. No importa en qué nivel o parte de la organización estén, porque esa respuesta bien puede ser la clave para un acto creativo.
Con frecuencia, la creatividad es un proceso enredado, aún cuando sea anticipada de manera incierta por alguna empresa. Sin embargo, la comunicación de la empresa puede propiciar que un enredo inmanejable se “autoorganice” y salga adelante en beneficio de todos.
Tomado del libro "Genialidad Creativa" del publicista Manuel Infante.