Nuestros padres y antepasados han dejado una profunda huella en nosotros. Conscientemente o no perpetuamos formas de pensar, actuar y sentir de acuerdo a lo vivido con nuestra familia. Así de poderosas son nuestras raíces. Sin embargo, no somos esclavos de nuestros ancestros pues podemos hacer un trabajo personal para soltar lo conocido. Es nuestro libre albedrío lo que nos permite salir de patrones antiguos y elegir algo nuevo y distinto. ¿Sabes cómo hacerlo? Aquí te cuento.
¿Actúas verdaderamente como tú quieres o repites los patrones de tu familia?
Cuando nacemos, nuestro mundo es nuestra casa y lo vivido allí se vuelve lo conocido así haya sido bueno o no. De niños, como no tenemos con qué comparar, lo que vivimos en la familia es nuestra única referencia. Así por ejemplo podemos ver la violencia como una forma normal de relacionarnos, la escasez como lo único posible y el emborracharse como una actividad rutinaria.
Por ejemplo, de niños podemos haber jurado que nunca seremos violentos porque sentimos el dolor de los golpes de papá. Pero ¿qué pasa cuando somos adultos? Sin siquiera darnos cuenta y sin quererlo, estamos teniendo las mismas conductas violentas que juramos no hacer. Esta dolorosa experiencia para ti y para el otro puede estarse repitiendo desde hace muchas generaciones en tu familia.
Por otra parte, he oído comentarios como: los hombres de esta familia somos abogados. O las mujeres de mi línea materna se quedan solas. Así, vamos perpetuando una y otra vez una conducta o una experiencia que no es nuestra, ni es lo que queremos. Esto es lo que en psicología llamamos la lealtad familiar.
En definitiva, muchas veces estamos viviendo o actuando no como verdaderamente elegiríamos, sino siguiendo lo que aprendimos en casa.
¿Puedo tener elecciones distintas a las que eligieron mis familiares?
Claro que sí, de eso se trata el libre albedrío. Sin embargo, el desafío es hacer el trabajo de consciencia que te permita verdaderamente escoger con qué quieres quedarte. Por supuesto que hubo millones de cosas maravillosas que aprendimos de nuestros padres y estas tenemos que abrazarlas completamente. Y en el caso de aquellas que no nos sirven, tenemos que honrar la elección de nuestros padres y decirnos: yo puedo hacerlo distinto.
Para poder cerrar con el pasado, es preciso que seamos conscientes de eso que repetimos. Hacer el trabajo de honra y luego tomar la elección consciente de hacerlo diferente. Sólo así estaremos más presentes y listos para vivir nuevas y mejores experiencias y tener mejores relaciones.
Sobrepasar los límites hasta donde llegaron nuestros padres.
En esa fidelidad a lo que vimos y aprendimos en nuestra familia, aunque haya una parte de nosotros que quiera hacerlo distinto a nuestros padres, hay otra, que le teme ir más allá de a donde ellos llegaron. Esta situación es válida en distintos aspectos de nuestra vida, puede ser en cuanto al tema de prosperidad, donde somos tan fieles a ellos que no podemos ser más ricos, también en las relaciones de pareja, en el trabajo e incluso la salud o los años de vida.
Cuando deseas trascender la tradición familiar o recorrer un camino distinto, es valioso dedicar unos minutos a revisar tu historia familiar. Investiga por ejemplo una o dos generaciones hacia atrás. ¿Cómo se comportaban en esa área que te interesa?
Allí puedes darte cuenta, por ejemplo, que ninguna mujer antes había tenido un negocio propio o que todas las mujeres se quedaban sin pareja y se dedicaban a cuidar a los hijos. Cuando estas consciente de un patrón o legado que han estado recibiendo por generaciones, puedes hacer un trabajo honrando con mucho amor y respeto tus raíces, tus ancestros. Puedes entonces escribir una carta, reconociendo sus contribuciones, expresando tus deseos y finalmente diciéndoles que los amas y que te das el permiso de hacerlo distinto. Mientras escribes esta carta, respira, conéctate con tus emociones.
Un ejemplo para trascender la limitación financiera de la familia.
En el libro Maximízate en tu Prosperidad, de mi maravilloso amigo, aliado y maestro Bob Mandel, hay un ejemplo para hacer esto. Por supuesto que este texto podrías ajustarlo a otra área de tu vida.
Este es uno de los Mantras de la Abundancia: “Yo ahora sobrepaso mi tradición financiera familiar. Yo honro las raíces de mi familia. Reconozco la lucha y el sacrificio de mis padres y sus padres. En agradecimiento a todo lo que se me ha dado, yo ahora doy un salto a territorio desconocido. Yo exploro un nuevo mar de prosperidad. A partir de los logros de mi familia, supero su historia financiera y abrazo el éxito ilimitado. Gracias Dios.”
Nota: Para este y otros temas de la misma autora, también puedes visitar https://carlaacebeydesanchez.com
¿Actúas verdaderamente como tú quieres o repites los patrones de tu familia?
Cuando nacemos, nuestro mundo es nuestra casa y lo vivido allí se vuelve lo conocido así haya sido bueno o no. De niños, como no tenemos con qué comparar, lo que vivimos en la familia es nuestra única referencia. Así por ejemplo podemos ver la violencia como una forma normal de relacionarnos, la escasez como lo único posible y el emborracharse como una actividad rutinaria.
Por ejemplo, de niños podemos haber jurado que nunca seremos violentos porque sentimos el dolor de los golpes de papá. Pero ¿qué pasa cuando somos adultos? Sin siquiera darnos cuenta y sin quererlo, estamos teniendo las mismas conductas violentas que juramos no hacer. Esta dolorosa experiencia para ti y para el otro puede estarse repitiendo desde hace muchas generaciones en tu familia.
Por otra parte, he oído comentarios como: los hombres de esta familia somos abogados. O las mujeres de mi línea materna se quedan solas. Así, vamos perpetuando una y otra vez una conducta o una experiencia que no es nuestra, ni es lo que queremos. Esto es lo que en psicología llamamos la lealtad familiar.
En definitiva, muchas veces estamos viviendo o actuando no como verdaderamente elegiríamos, sino siguiendo lo que aprendimos en casa.
¿Puedo tener elecciones distintas a las que eligieron mis familiares?
Claro que sí, de eso se trata el libre albedrío. Sin embargo, el desafío es hacer el trabajo de consciencia que te permita verdaderamente escoger con qué quieres quedarte. Por supuesto que hubo millones de cosas maravillosas que aprendimos de nuestros padres y estas tenemos que abrazarlas completamente. Y en el caso de aquellas que no nos sirven, tenemos que honrar la elección de nuestros padres y decirnos: yo puedo hacerlo distinto.
Para poder cerrar con el pasado, es preciso que seamos conscientes de eso que repetimos. Hacer el trabajo de honra y luego tomar la elección consciente de hacerlo diferente. Sólo así estaremos más presentes y listos para vivir nuevas y mejores experiencias y tener mejores relaciones.
Sobrepasar los límites hasta donde llegaron nuestros padres.
En esa fidelidad a lo que vimos y aprendimos en nuestra familia, aunque haya una parte de nosotros que quiera hacerlo distinto a nuestros padres, hay otra, que le teme ir más allá de a donde ellos llegaron. Esta situación es válida en distintos aspectos de nuestra vida, puede ser en cuanto al tema de prosperidad, donde somos tan fieles a ellos que no podemos ser más ricos, también en las relaciones de pareja, en el trabajo e incluso la salud o los años de vida.
Cuando deseas trascender la tradición familiar o recorrer un camino distinto, es valioso dedicar unos minutos a revisar tu historia familiar. Investiga por ejemplo una o dos generaciones hacia atrás. ¿Cómo se comportaban en esa área que te interesa?
Allí puedes darte cuenta, por ejemplo, que ninguna mujer antes había tenido un negocio propio o que todas las mujeres se quedaban sin pareja y se dedicaban a cuidar a los hijos. Cuando estas consciente de un patrón o legado que han estado recibiendo por generaciones, puedes hacer un trabajo honrando con mucho amor y respeto tus raíces, tus ancestros. Puedes entonces escribir una carta, reconociendo sus contribuciones, expresando tus deseos y finalmente diciéndoles que los amas y que te das el permiso de hacerlo distinto. Mientras escribes esta carta, respira, conéctate con tus emociones.
Un ejemplo para trascender la limitación financiera de la familia.
En el libro Maximízate en tu Prosperidad, de mi maravilloso amigo, aliado y maestro Bob Mandel, hay un ejemplo para hacer esto. Por supuesto que este texto podrías ajustarlo a otra área de tu vida.
Este es uno de los Mantras de la Abundancia: “Yo ahora sobrepaso mi tradición financiera familiar. Yo honro las raíces de mi familia. Reconozco la lucha y el sacrificio de mis padres y sus padres. En agradecimiento a todo lo que se me ha dado, yo ahora doy un salto a territorio desconocido. Yo exploro un nuevo mar de prosperidad. A partir de los logros de mi familia, supero su historia financiera y abrazo el éxito ilimitado. Gracias Dios.”
Nota: Para este y otros temas de la misma autora, también puedes visitar https://carlaacebeydesanchez.com