
Es importante asimilar nuestra responsabilidad con respecto a nuestra vida y ser conscientes de que cada labor, ocupación, tarea… forman parte de aquello en lo que nos hemos convertido con el paso de los años, y en dicha transformación somos nosotros quienes hemos dirigido el timón y quienes hemos dispuesto el rumbo, así que una vez llegados aquí de nada sirve que nos echemos las manos a la cabeza y nos martiricemos día tras día por todo aquello que tenemos que desarrollar y de lo que nos tenemos que ocupar. Si nos sobreviene el estrés o el agobio significa que deberemos tomar ciertas medidas para eliminar o modificar aquello que nos limita y desmotiva.
Por otro lado, tenemos que jugar con las horas que tiene el día, es decir si tienes una jornada de ocho horas, por lo que estás fuera de casa diez, utilizaremos el restante en cumplir con nuestras responsabilidades más inmediatas y dejaremos tiempo, aunque tan sólo fueran 30 minutos para cuidar de nosotros mismos, ya sea para leer, meditar, pasear, conversar con un amigo, cuidarnos la piel, darnos un baño relajante…ya que el realizarte a ti mismo también es una responsabilidad tuya, así que préstale la atención necesaria y, si no lo haces, por lo menos no te quejes, ya que es decisión tuya si te cuidas o no. Qué decir tiene, que si tienes alguna afición o ilusión por aprender algo nuevo este hueco diario lo puedas dedicar a ello, lo cual completaría tu día de forma satisfactoria para ti y, con ello, podrías afrontar el siguiente con más ilusión.

Por último, aunque existen muchas más medidas que podemos tomar para encontrarnos, te diré que es sumamente importante que sonrías durante la mayor parte del día, que te felicites por aquello que has hecho bien y que te valores y no infravalores, de esta manera, tomarás rumbo a reencontrarte contigo mismo y, así, darte la importancia necesaria para encontrar el equilibrio necesario para afrontar tanto las demandas del exterior como las demandas de tu interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario